Adoquines de Uesca

Como tengo acceso directo a quien tiene capacidad para resolverlo. Como se lo he pedido verbalmente y por escrito con reiteración y como constato mi fracaso en el empeño tengo que manifestar públicamente que, en esta cuestión concreta, me empiezan a entrar ganas de arrojar la toalla. Me refiero a la necesidad de abordar en profundidad el estado de muchas de nuestras calles adoquinadas. Y en en particular las calles Lanuza, San Orencio y plaza Alfonso el Batallador que transito con frecuencia y que por lo tanto me recuerdan cada día el lamentable estado en que se encuentran.

Ya que parece ser que cuenta poco el derecho de los vecinos y vecinas a pasear por calles en buen estado, y más cuando constatan los gastos millonarios en determinadas actuaciones mimadas por el Alcalde, me he visto en la necesidad de apelar a otro tipo de argumentos. Pero tampoco me ha valido de nada sacar a colación la desastrosa imagen que ofrecen a los ojos de cualquiera que nos visita. Sólo cuando realicé una sutil advertencia de que cualquier día un ciudadano o ciudadana caminante, no perdamos de vista que se diseñaron así pensando en un uso muy peatonal, pueda llevar al Ayuntamiento a juicio por haber sufrido alguna lesión en alguno de sus tobillos vi al Alcalde tomar nota en su pequeña libreta de anotaciones de lo ¿ cotidiano ?. El efecto conseguido debió quedarse en aquel parcheo escaso en el tratamiento, que no en el tiempo empleado para llevarlo a cabo, realizado por las brigadas municipales hace unos meses en otros lugares distintos a los que nombro al comienzo. Estas pobres calles ni tan siquiera han tenido cabida en el listado de actuaciones que se van a emprender con el Fondo Local del que hablaba en la entrada anterior.

Ya se que hablo de un asunto menor pero muchas veces cabilo sobre qué deben pensar los ciudadanos al hilo de lo que hacemos, o dejamos de hacer, quienes en mayor o menor medida nos dedicamos a la política. Y sobre todo como deben sentirse al ver que, en muchas ocasiones, grandes debates de salón o primeras planas luminosas que venden lo que estamos obligados a ofrecer simplemente dando cumplimiento a lo que son las competencias municipales, eclipsan el papel protagonista que debe tener dar satisfacción a sus realidades cotodianas.

Reivindico el papel de la política con mayúsculas que establece modelos de ciudad inteligentes y de futuro (algo de lo que Huesca anda muy necesitada ) pero a la par considero imprescindible una acción de gobierno que sea eficaz en resolver deficiencias como la que apunto y que tan sólo trasmiten dejadez y abandono.

Visito otras ciudades y las veo plagadas de calles peatonales cuidadas y llenas de actividad. Aquí tras diez años en el Ayuntamiento me ha resultado imposible tan sólo conocer cuales son los planes de futuro de Fernando Elboj en esta materia. Sólo constato que lleva el tema a golpe de ocurrencia y por eso un día se plantea terminar con ese engendro llamado semipeatonalización de la calle San Orencio, otro habla de cerrar el Coso al tráfico algunos días y el siguiente nos dice que va a peatonalizar el entorno del Palacio de Congresos. No es que me parezcan mal algunas de estas medidas pero me gustaría conocer a dónde queremos llegar y, sobre todo, que lo más parecido que tenemos a peatonal deje de tener un estado tan deplorable.

No hace falta irse a Lisboa (que me dejó impactado por este tratamiento en sus calles) para conocer lugares donde miman sus calles adoquinadas. ¿Por qué aquí eso no es posible?. Que no quede por mi empeño. Y, por cierto, seguro que podéis darme referencias de otras muchas zonas de la ciudad con las calles igual de mal o peor que las que apunto.