Si bien los Mercados de Abastos Municipales no tienen en la actualidad la función original de garantizar el abastecimiento a la población, sí continúan cumpliendo una función muy importante en la distribución, especialmente en la alimentación fresca, y ejercen a la vez un impulso dinamizador del comercio tradicional ubicado en su área de influencia. Estos aspectos les hacen plenamente actuales merecedores de la mayor atención desde los ayuntamientos. Facilitar a los ciudadanos y ciudadanas una oferta diversa y equilibrada ha de seguir siendo una responsabilidad municipal. Basta mirar en internet o asomarse a la web oficial de los mercados municipales para darse cuenta del protagonismo que están alcanzando en muchas ciudades. Incluso, caso de Sant Boi de Burgos o la misma Zaragoza, como elementos básicos de las nuevas zonas de expansión.
Hay varias razones que hacen necesario poner en marcha un nuevo mercado municipal en Huesca. Por cierto la única capital que, junto con Teruel, no disponen de un equipamiento de estas características.
En primer lugar estamos obligados a dar cumplimiento a la sentencia de 2004 del Tribunal Superior de Justicia de Aragón anulando el permiso otorgado en 2001 por el Gobierno de Aragón para cerrar el mercado municipal y recordando que “no cabe la dispensa de la prestación de los servicios obligatorios” como sería el referido de mercado. Sentencia recurrida por el Ayuntamiento en su momento y ratificada por el Tribunal Supremo el año 2007. Incluso el Tribunal Constitucional desestimó el recurso municipal que se refería a preponderancia Aragón ante Estado en lo tocante a legislación sobre obligatoriedad de mercado municipal. Estamos pues en una situación de incumplimiento de sentencia firme.
En segundo lugar considero que estamos en la obligación de aprovechar lo que ha sido un «revés legal» para analizar la mejor forma poner en marcha de nuevo un mercado municipal. Hacerlo bien puede ser una oportunidad en la línea de avanzar en un modelo de ciudad más humano y adaptado a nuestra idiosincrasia mediterránea. También nos daría la oportunidad de adaptarnos a los nuevos requerimientos del mercado, de atender los nuevos hábitos de los consumidores y de hacer frente a otros formatos comerciales.
Pero es que además con una ubicación adecuada, y la Plaza de San Antonio y en menor medida Textil Bretón lo serían, aparecerían elementos fráncamente positivos para mejorar esta ciudad consolidada que se nos cae a trozos y no sale de la languidez. La primera tiene la ventaja de la centralidad y sería un buen motor para el Centro Comercial Abierto que no se termina de consolidar y sería importantísimo en el relanzamiento como referencia de toda la ciudad del Centro Histórico. La segunda permitiría dotar de un equipamiento emblemático a una zona de la ciudad que históricamente ha tenido importantes servidumbres por la cicatriz ferroviaria y sería motor comercial en la cercanías de una zona de fuerte expansión a futuro que nacerá necesitada de equipamientos públicos destacados. Desde ambas ubicaciones se podría dar servicio de cercanía a todas las nuevas viviendas del polígono de las Harineras. Es decir un importante crecimiento poblacional en una zona cuya urbanización nace escasa en lo que a equipamientos se refiere.
Sobre todo esto se cimenta la propuesta realizada por cha que completa podeís ver aquí Propuesta Mercado Municipal
C h u r n a s de U e s c a 
Muy buena iniciativa. Espero que no hagan falta 10 años, como en tantas otras. La ubicación de la plaza San Antonio es excelente para darle un cambio de aires a ese aparcamiento en superficie, además de continuar con la interesante red de plazas peatonales que ya proponiais hace años. Sería una interesante manera de promocionar los tomates rosas o tantas otras hortalizas oscenses que todos conocemos, (En barbastro ya nos llevan ventaja) y potenciar este sector económico, tradicional y «sostenible2, que tanto podría aportar a la ciudad.
Salud y res publica.
De verdad que creo que sería una cosa de las potentes para transformar de verdad el centro de nuestra ciudad y retomar un concepto de ciudad que, con la expansión a barrios despersonalizados, se ha ido perdiendo paulatinamente. No es sencillo porque se ha ido perdiendo parte de la cultura de comprar de barrio pero lo bueno siempre termina siendo atractivo y seguro que a medio plazo tiene un futuro magnífico. Hemos presentado la idea al equipo de gobierno y esperamos a ver como respiran.
Si encima lo acompañáramos de república sería para brindar con uno de los buenos vinos que podrían aparecer por algunos de los puestos.
Me parece muy oportuna esta propuesta. Entronca directamente con aquello de piensa globalmente y actúa localmente. Hay que volver a recuperar los mercados locales (a todos los niveles) como fórmula para romper con la globalización. Y no sólo eso, hay que volver a fórmulas como las cooperativas de productores, las de consumidores (economatos)… además de otras medidas del estilo de la tasa Tobin.
Por eso es por lo que, desgraciadamente, no hay nada que hacer, porque propone soluciones alternativas.
Pues yo también estoy de acuerdo en que lo que apuntas es el único camino posible si queremos que la calidad de nuestras ciudades mediterraneas no se siga degradando y la calidad alimentaria (ya sabes contacto lo más directo posible del consumidor con el productor y distribuidor) se vaya imponiendo sobre tantas poquerias con que nos chutamos cada día.
Lo de la tasa Tobin también daría para hablar largo y tendido pero es otra buena idea que comparto. Si aplicamos un impuesto al valor añadido ¿cómo no hacerlo al lucro añadido de los capitales?.
Desgraciadamente, dado que la capacidad de influir en la acción pólitica de los bancos y capitales es enorme, eso si que nos va a resultar dificil conseguirlo. Pero PELEMOS POR LO QUE ES BUENO Y JUSTO.