Leo con asombro un titular en el medio de comunicación decano de nuestra tierra, es decir El Heraldo, que trascribo:
El titular da por sentado que el Estatuto Aragonés, es decir la Ley, marca una cantidad que no puede ser rebasada hacia abajo pero ¿es esto cierto?. Es muy sencillo repasar el contenido del Estatuto aprobado el 23 de abril de 2007 para constatar que la palabra inversión tan sólo aparece en 4 ocasiones y que el máximo grado de concreción respecto de las inversiones que el Estado ejecutará en Aragón se plasma en la Disposición adicional sexta que dice textualmente:
Para la fijación de las inversiones del Estado en Aragón en infraestructuras, se ponderarán, con carácter prioritario, la superficie del territorio, los costes diferenciales de construcción derivados de la orografía, así como su condición de comunidad fronteriza, y se incorporarán criterios de equilibrio territorial a favor de las zonas más despobladas.
Mi conclusión es que no cabe ni de lejos una interpretación en el sentido apuntado por el titular y que, por lo tanto, éste es sencillamente mentira. Y como consecuencia decir que por tal motivo el Gobierno Central se ha vuelto a saltar el Estatuto de Autonomía de Aragón no es sino profundizar en el engaño. Seguramente quienes defendieron con ahínco el Estatuto aprobado (PSOE, PP, PAR, IU) o quienes llegaron a editorializar diciendo:
Así y todo, la autonomía de Aragón avanza y lo hace con una mesura, que, en momentos de abuso de la elasticidad constitucional y vocerío soberanista es, claramente, más virtud que defecto
, es decir dando por bueno el principio de mansedumbre como base de la acción política en Aragón, han quedado con las vergüenzas al aire, al haberse demostrado la inutilidad de lo aprobado en un asunto de tanta trascendendencia como es la financiación. Y claro ya viene de antiguo que quienes tienen poder para ello intenten cambiar la historia, o al menos como se noticia, cuando no se acomoda a su interpretación e interés.
La única y triste realidad es que en el proceso de reforma de los diversos estatutos el nuestro nos ha dejado más débiles, en comparación con otros (Cataluña, Andalucía, Castilla,…) que en función de criterios claros han conseguido cuantificar de forma efectiva la aportación porcentual que les debe reservar el presupuesto general. Decir que el PSOE el año pasado había fijado la posición en un 4,9 % del total no es más que dar valor a una estimación de parte falta de todo argumento y soporte legal.
Hace tiempo que me quedó claro que muchos medios de comunicación han dejado de tener como objetivo informar a la ciudadanía y han pasado a convertirse en adalides y defensores de grupos de poder económico y político concretos. Exaltar lo que hacen los afines y ocultar o denigrar lo que hacen los otros son prácticas en exceso habituales, y algo sabe de esto CHA. Como educador me preocupa que se esté gestando una sociedad aragonesa desinformada y acrítica y que en ello estén jugando un papel esencial los medios de comunicación, desgraciadamente hasta los públicos que en gran medida financiamos entre todos. No se si es cierta la cita evangélica de la verdad os hará libres pero tengo claro que ninguna sociedad puede aspirar a ser libre y democrática sin que previamente la verdad impere y presida los titulares de los medios de comunicación.