Hoy el Ligallo de Fablans celebra una fiesta para celebrar su 25 aniversario. No estaré en Zaragoza pero me sumo a la felicitación y me alegra que se den ese pequeño homenaje ( en el fondo eso son las fiestas) después de tantos años de batallar por una causa tan justa como es el reconocimiento de una lengua, que mal que les pese a muchos existe, en una tierra tan ingrata para estos asuntos como es Aragón.
Me cuesta entender cómo a estas alturas podemos todavía estar debatiendo sobre el derecho que todo ciudadano tiene a recibir formación en la lengua que aprendió en su casa o que pueda acceder a conocerla si fue la de sus antepasados, o tan sólo si tiene ganas de cubrir sus necesidades culturales con esto en lugar de con los consabidos menús precocinados al gusto de los gurús que cortan desde la vanguardia o la retaguardia el bacalao de las recetas culturales al uso.