Curioso personaje este señor Bono. Ahora resulta que el trasvase que no quiere para su casa desde el Tajo nos lo quiere hacer tragar a los demás desde el Ebro. No se corta un pelo y encima, una vez más y como ya hicieran con anterioridad personajes políticos valencianos y del PP, se permite el lujo de hacer el planteamiento en términos de solidaridad. Para empezar nunca la solidaridad lo fue de los pobres hacia los ricos y comparándonos estos ribereños del Ebro con el pujante litoral mediterraneo, especialmente si se hacen aflorar las economías sumergidas y en negro para hacer las cuentas, yo tengo claro donde ubicar a los unos y los otros. También tengo claro que no me gusta el modelo depredador, agresivo e insostenible sobre las costas mucianas y levantina que ha impulsado esa pujanza y la demanda de trasvase del Ebro sólo se entiende en el marco de ese modelo.
El señor Bono ha exhibido en numerosas ocasiones su vena conservadora y estilo político populista. Le ha funcionado bien en su feudo manchego y eso, parece ser, le ha situado en una posición desde la que se permite impartir doctrina sobre el bien y el mal con una dedicación, alegría y desenfado que aturde . Eso si la sagrada unidad de España y el ataque sistemático a todo lo que huela a nacinalismo no español le ponen y en ese estado de excitación articula discursos que se mueven entre el simplismo y la demagogia.
Recuerdo al señor Bono que un día impulsó desde la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha la declaración de Cabañeros como Parque Natural frente a los intentos de convertirlo en polígono de tiro para el Ejército. O la disputa que sostuvo y ganó con el ministerio de Obras Públicas (curiosos nombres como el de Cristina Narbona aparecen en esta historia) que pretendía una autovía que destrozaba las Hoces del Cabriel y ahora, afortunadamente, también son espacio protegido. Aplaudo su empeño por convertir la naturaleza en un valor para su territorio. Y también por el redactado de su estatuto de autonomía que literalmente contempla ( recuerdo que aprobado por PP y PSOE)
Los poderes públicos del Estado y de Castilla-La Mancha velarán para que, en cumplimiento de la disposición adicional primera de la Ley 11/2005, de 22 de junio, por la que se modifica el Plan Hidrológico Nacional, el volumen de agua trasvasable desde el Tajo al Segura se reduzca progresivamente a partir de la entrada en vigor del presente Estatuto hasta su definitiva extinción, que en todo caso se producirá en 2015, coincidiendo con el plazo establecido para el cumplimiento de los objetivos medioambientales y los plazos referidos al buen estado ecológico de las aguas superficiales establecidos por la Directiva Marco de Aguas. Se deberá garantizar que el río Tajo y los espacios ambientales asociados a la explotación del mismo disponen de agua en calidad y cantidad suficiente para alcanzar los objetivos mencionados.
Ganaría en credibilidad el señor Bono si los argumentos que le han valido para defender una gestión diferente para el Tajo los extendiera a otros ríos y en particular al sufrido y esquilmado Ebro. De lo contrario se puede pensar, y yo lo pienso, que su visión de la España solidaria que plantea pasa por que los frutos de la solidaridad que predica siempre caigan en el cesto donde están los huevos de sus intereses. Y eso tiene otro nombre.