Pacto del agua: del mito al timo

5 05 2012

Hace 20 años que las Cortes de Aragón aprobaron el Pacto del Agua. Un documento que nació del mito en que se había convertido el tema del agua y ha devenido un fraude, un timo para los auténticos intereses de Aragón. Ni más ni menos que 1.356 millones de euros se han invertido en el contenido de ese documento, y si bien es cierto que parte de estas inversiones eran necesarias (reparaciones de grandes infraestructuras de trasporte, balsas laterales que mejoran la eficacia en el riego, mejoras en dispositivos que de seguridad de presas, abastecimientos,…) lo gastado en otras muchas (Yesa, Santaliestra, Jánovas, Biscarrués, Mularroya, …..) se convierte en un auténtico despropósito.

El Pacto del Agua se fraguó bajo la dirección en la CHE de un personaje llamado Antonio Aragón, un tipo que pudo ser muchas cosas (entre otras corrupto) pero que de tonto no tenían un pelo. Las aspiraciones trasvasistas y el negocio que con ello se podía generar en el litoral mediterráneo no son nada nuevo y cuando llegó a la CHE diseñó su estrategia para satisfacer estas apetencias. El rechazo histórico de Aragón debía ser contrarrestado y para ello juntó a todos quienes tenían apetencias de agua y puso en un listado todo lo que querían. Aquello fue una partida donde cada uno la echaba más gorda que el vecino y donde los únicos no preguntados fueron los ríos y sus defensores o los afectados por los pantanos. Con tan lustroso listado fueron enviados a Cortes los diputados que dieron un sí unánime y salieron tan ufanos diciendo que habían puesto freno a los trasvases cuando, en realidad, habían dado la cohartada perfecta a quienes los impulsaban. El agua sería almacenada en grandes embalses estratégicos y antes o después, como bien sabe cualquier ciudadano medianamente informado,  sus verdaderos dueños (es decir el dinero especulativo) terminaría imponiendo su dictado y llevándola  a su huerto. Algún jerifalte de los regantes podría sacar tajada económica y se salvaba el escollo de unos cuantos afectados que ya empezaban a dar guerra. Ni planificación, ni racionalidad, ni justicia para los territorios afectados en el pasado por pantanos. Pura estrategia. y pura política hidráulica de la primera mitad del siglo XX. Lee el resto de esta entrada »